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La inversión de las cajas españolas en el ladrillo no se limitó a España, sino que se exportó fuera de nuestras fronteras, lo que amenaza ahora con agravar aún más la situación en la que se encuentran las entidades. Un ejemplo es el de las dos cajas de la Comunidad valenciana, Bancaja y la CAM, que invirtieron en sendos megaproyectos turísticos, hoy paralizados, en la costa de México. Según publica la Cadena Ser, Bancaja, hoy integrada en Bankia, invirtió unos 200 millones de euros en el denominado ‘Plan Maestro Grand Coral Los Cabos’, que incluyó la compra de más 1.200 hectáreas para construir una zona turística de lujo en el litoral mexicano. El proyecto de la caja que preside José Luis Olivas tenía prevista la edificación de 36.000 apartamentos turísticos, un campo de golf de 18 hoyos e infraestructuras comunes. Esta urbanización, en la que ya se han invertido más de 200 millones de euros, está proyectada sobre una superficie de 400 hectáreas, de las cuales 108 serían zonas verdes. Sin embargo, aún está pendiente la autorización del Ministerio de Medio Ambiente Mexicano. Un caso similar ocurre con la CAM que se introdujo en la costa Pacífico mexicana de la mano de la promotora Hansa Urbana, de la que la entidad adjudicada al Sabadell posee un 30%, con un proyecto que lleva paralizado varios años y que cuenta con la fuerte oposición de diversas organizaciones ecologistas, entre las que se encuentran Ecologistas en Acción y Greenpeace. En México, un grupo liderado por la promotora alicantina prevé construir 15 hoteles, un puerto deportivo para 490 barcos, dos campos de golf y 8.000 viviendas, que se haría realidad en cinco fases, en Cabo Cortés, al sur de la península de Baja California, una zona virgen de alto valor ecológico. Según denuncian los ecologistas, este complejo viola la regulación medioambiental mexicana. Rafael Galea, presidente de Hansa, ya ha estado envuelto en varias polémicas. De hecho, se vio obligado a declarar como imputado dentro del caso ‘Brugal’ debido a la adquisición por parte del empresario Enrique Ortiz, presidente del Hércules, de unos terrenos de Hansa Urbana en la playa de San Juan de Alicante. También declaró ante el juez Daniel Gil, que fuera máximo responsable de la división de inversión inmobiliaria de la CAM. |
México celebró el Día Mundial de los Humedales de 2012 con el anuncio de que cuatro nuevos sitios mexicanos fueron añadidos a la lista de Humedales de Importancia Internacional bajo la Convención de Ramsar. Sin embargo, el Parque Nacional Marino Cabo Pulmo – un importante sitio Ramsar y Patrimonio Mundial – permanece bajo amenaza. La aceptación por Ramsar de los cuatro sitios nuevos, que ocupan un total de 23.612 hectáreas, es sin duda un logro muy positivo. Pero para que México asegure la protección de sus humedales, debe hacer más que simplemente añadir nuevos sitios a su inventario de zonas protegidas; también es necesario que cumpla con los compromisos existentes. La propuesta para construir el mega complejo turístico de Cabo Cortés en terrenos adyacentes al parque de Cabo Pulmo amenaza a una de las reservas marinas más saludables del mundo. Si México desea consolidar su liderazgo en el manejo sostenible de humedales y zonas costeras, no puede permitirse la pérdida de Cabo Pulmo. México debería ahora acompañar estos nuevos compromisos con la cancelación del polémico y arriesgado proyecto de Cabo Cortés. Photo credit: Ralph Lee Hopkins
La gestión ambientalmente sostenible de humedales y zonas costeras es de vital importancia. Cuando Juan Rafael Elvira Quesada, Secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales de México, anunció los cuatro nuevos sitos Ramsar destacó el importante papel que juegan en la provisión de agua y alimentos y en la reducción de los impactos del cambio climático. El Sr. Elvira Quesada también observó que estos nuevos sitios Ramsar pueden ayudar a promover el desarrollo local a través del ecoturismo. En esto tiene razón— el turismo ambientalmente sostenible y de una escala apropiada puede mantener los servicios ambientales de una zona y traer beneficios necesarios a las comunidades costeras. De hecho, cuando la sobre-pesca casi devastó el arrecife coralino de Cabo Pulmo, cuyos 20.000 años de existencia lo convierten en uno de los arrecifes más importantes del Pacífico Oriental, los pescadores locales voluntariamente dejaron a un lado sus redes y re-orientaron sus economías hacia el ecoturismo en pequeña escala. También trabajaron con el gobierno para designar el área como un parque nacional y una zona donde se prohíbe la actividad pesquera.
Pero el proyecto de mega-turismo de Cabo Cortés sería algo radicalmente diferente. Esta propuesta de la promotora española Hansa Urbana, sería comparable en tamaño con lo construido en Cancún y pavimentaría terrenos vírgenes para construir 2 millones de pies cuadrados de espacio comercial y de oficinas, incluyendo unas 28.000 habitaciones de hotel y una pista para jets privados. El proyecto también incluiría al menos dos campos de golf de 27 hoyos cada uno que consumirían las limitadas reservas de agua dulce de la comunidad local. Una marina para 490 embarcaciones resultaría en tráfico y contaminación proveniente de barcos para unas aguas que han asombrado a los científicos mexicanos e internacionales por su abundante y saludable vida marina– una biodiversidad que se recuperó tras años de sobre-pesca gracias a los esfuerzos de la comunidad para proteger el arrecife. En pocas palabras, el proyecto de Cabo Cortés anularía por completo el progreso logrado durante años de arduo trabajo para restaurar y preservar el arrecife coralino de Cabo Pulmo. El aumento en la contaminación y la degradación ambiental que conllevaría el proyecto pondría en peligro las playas vírgenes y aguas cristalinas de las que los turistas disfrutan durante sus visitas a Cabo Pulmo, y que constituyen precisamente los recursos que traen beneficios y seguridad a la población local cuando se protegen y gestionan de forma sostenible. Con todo esto en juego, simplemente no tiene sentido que el Gobierno de México permita que el proyecto de Cabo Cortés siga adelante.
El pasado mes de noviembre, una misión conjunta de Ramsar-UICN viajó a Cabo Pulmo para evaluar las amenazas al parque de Cabo Pulmo. La comitiva se reunió con los promotores del proyecto, representantes gubernamentales, representantes de las comunidades locales y organizaciones no gubernamentales y académicos preocupados por el impacto del proyecto. Según palabras de María Rivera, Consejera de Ramsar para las Américas, la organización se encuentra actualmente finalizando sus recomendaciones para México con respecto a Cabo Cortés. Todas las opciones aún siguen sobre la mesa, incluyendo la posibilidad de recomendar que el país no otorgue permisos adicionales al proyecto. Se espera que Ramsar presente su informe y recomendaciones al Gobierno de México en las próximas semanas y es esencial que dicho informe se haga público tan pronto como esté disponible para que las comunidades locales y los grupos que han trabajado para preservar Cabo Pulmo puedan seguir haciéndolo con eficacia.
Varios grupos de la sociedad civil mexicana también marcaron el Día Mundial de los Humedales y entregaron una carta al presidente Calderón pidiéndole que cumpla con el compromiso de México de proteger los humedales, incluyendo el sitio Ramsar de Cabo Pulmo. En esta carta enfatizaron que el proyecto de Cabo Cortés resultaría en una creciente contaminación y presión sobre los recursos marinos y costeros del Parque Nacional Cabo Pulmo, e instaron al Presidente a que cancele definitivamente el polémico y arriesgado proyecto durante su presente mandato. México ya ocupa la segunda posición en términos de sitios designados como Humedales Ramsar de Importancia Internacional y la reciente inscripción de cuatro sitios acciónales demuestra que el gobierno sí reconoce la importancia del manejo sostenible de los humedales. Con esfuerzos concertados, México puede ser un verdadero líder en la región y en el mundo en la protección de humedales— pero no si descuida Cabo Pulmo y pone en riesgo lo que las comunidades locales trabajaron tan duro y con tanto éxito para restaurar.
La gestión ambientalmente sostenible de humedales y zonas costeras es de vital importancia. Cuando Juan Rafael Elvira Quesada, Secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales de México, anunció los cuatro nuevos sitos Ramsar destacó el importante papel que juegan en la provisión de agua y alimentos y en la reducción de los impactos del cambio climático. El Sr. Elvira Quesada también observó que estos nuevos sitios Ramsar pueden ayudar a promover el desarrollo local a través del ecoturismo. En esto tiene razón— el turismo ambientalmente sostenible y de una escala apropiada puede mantener los servicios ambientales de una zona y traer beneficios necesarios a las comunidades costeras. De hecho, cuando la sobre-pesca casi devastó el arrecife coralino de Cabo Pulmo, cuyos 20.000 años de existencia lo convierten en uno de los arrecifes más importantes del Pacífico Oriental, los pescadores locales voluntariamente dejaron a un lado sus redes y re-orientaron sus economías hacia el ecoturismo en pequeña escala. También trabajaron con el gobierno para designar el área como un parque nacional y una zona donde se prohíbe la actividad pesquera.
Pero el proyecto de mega-turismo de Cabo Cortés sería algo radicalmente diferente. Esta propuesta de la promotora española Hansa Urbana, sería comparable en tamaño con lo construido en Cancún y pavimentaría terrenos vírgenes para construir 2 millones de pies cuadrados de espacio comercial y de oficinas, incluyendo unas 28.000 habitaciones de hotel y una pista para jets privados. El proyecto también incluiría al menos dos campos de golf de 27 hoyos cada uno que consumirían las limitadas reservas de agua dulce de la comunidad local. Una marina para 490 embarcaciones resultaría en tráfico y contaminación proveniente de barcos para unas aguas que han asombrado a los científicos mexicanos e internacionales por su abundante y saludable vida marina– una biodiversidad que se recuperó tras años de sobre-pesca gracias a los esfuerzos de la comunidad para proteger el arrecife. En pocas palabras, el proyecto de Cabo Cortés anularía por completo el progreso logrado durante años de arduo trabajo para restaurar y preservar el arrecife coralino de Cabo Pulmo. El aumento en la contaminación y la degradación ambiental que conllevaría el proyecto pondría en peligro las playas vírgenes y aguas cristalinas de las que los turistas disfrutan durante sus visitas a Cabo Pulmo, y que constituyen precisamente los recursos que traen beneficios y seguridad a la población local cuando se protegen y gestionan de forma sostenible. Con todo esto en juego, simplemente no tiene sentido que el Gobierno de México permita que el proyecto de Cabo Cortés siga adelante.
El pasado mes de noviembre, una misión conjunta de Ramsar-UICN viajó a Cabo Pulmo para evaluar las amenazas al parque de Cabo Pulmo. La comitiva se reunió con los promotores del proyecto, representantes gubernamentales, representantes de las comunidades locales y organizaciones no gubernamentales y académicos preocupados por el impacto del proyecto. Según palabras de María Rivera, Consejera de Ramsar para las Américas, la organización se encuentra actualmente finalizando sus recomendaciones para México con respecto a Cabo Cortés. Todas las opciones aún siguen sobre la mesa, incluyendo la posibilidad de recomendar que el país no otorgue permisos adicionales al proyecto. Se espera que Ramsar presente su informe y recomendaciones al Gobierno de México en las próximas semanas y es esencial que dicho informe se haga público tan pronto como esté disponible para que las comunidades locales y los grupos que han trabajado para preservar Cabo Pulmo puedan seguir haciéndolo con eficacia.
Varios grupos de la sociedad civil mexicana también marcaron el Día Mundial de los Humedales y entregaron una carta al presidente Calderón pidiéndole que cumpla con el compromiso de México de proteger los humedales, incluyendo el sitio Ramsar de Cabo Pulmo. En esta carta enfatizaron que el proyecto de Cabo Cortés resultaría en una creciente contaminación y presión sobre los recursos marinos y costeros del Parque Nacional Cabo Pulmo, e instaron al Presidente a que cancele definitivamente el polémico y arriesgado proyecto durante su presente mandato. México ya ocupa la segunda posición en términos de sitios designados como Humedales Ramsar de Importancia Internacional y la reciente inscripción de cuatro sitios acciónales demuestra que el gobierno sí reconoce la importancia del manejo sostenible de los humedales. Con esfuerzos concertados, México puede ser un verdadero líder en la región y en el mundo en la protección de humedales— pero no si descuida Cabo Pulmo y pone en riesgo lo que las comunidades locales trabajaron tan duro y con tanto éxito para restaurar.