Una empresa española pretende construir un complejo turístico con más de 30,000 habitaciones, a sólo 100 metros de este parque natural
Por Iván Carrillo
Sábado, 02 de octubre de 2010 a las 11:07
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(QUO) — Cabo Pulmo es un ejemplo a seguir.
Gracias a los esfuerzos de la pequeña comunidad que habita esta población ubicada a unos 60 kilómetros al noreste de San José del Cabo, en Baja California Sur, el polígono de 7,111 hectáreas que incluye el arrecife más importante de América del Norte fue nombrado Parque Nacional en 1995, Patrimonio Natural de la Humanidad desde 2005 y sitio Ramsar en 2008.
Dicho palmarés no es gratuito. Este paraíso natural es una historia de éxito de la conservación.
A decir de biólogos marinos como Octavio Aburto: "Hoy es el sitio con mayor concentración de biomasa del Mar de Cortés. Es al menos cinco veces mayor al promedio de cualquier otro sitios del golfo".
Esto se debe, entre otras cosas, a que desde hace 15 años se prohibió la pesquería comercial. De tal manera que los 170 pobladores o "pulmeños" tuvieron que transformar radicalmente su actividad económica. De pescadores pasaron a ser prestadores de servicios, principalmente en el área de buceo, ecoturismo y pesca deportiva. Pero, sobre todo, guardianes del arrecife.
Gracias a lo anterior, el arrecife de Cabo Pulmo es hoy un paraíso biológico. A él llegan buzos de todo el mundo y se encuentran con un paisaje submarino que ha recuperado, según las investigaciones científicas de Aburto, sus niveles prístinos, y en el cual es posible observar a los grandes depredadores marinos.
A pesar de esto. El arrecife enfrenta hoy un nuevo desafío: La construcción de un gigantesco complejo turístico, conocido como Cabo Cortés, ubicado a escasos 100 kilómetros y colindante con el parque nacional.
Aunque la población de Cabo Pulmo dice no estar en contra del progreso, ha denunciado que la contaminación que generará esta nueva ciudad, que proyecta la empresa española Hansa Urbana y que considera 30,000 habitaciones, será la condena de muerte para el paraíso subacuático que con sus esfuerzos fue rescatado.
Al día de hoy, la Secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales suspendió la Manifestación de Impacto Ambiental que en un primer momento había aprobado.
Entre otras irregularidades, los científicos y pobladores han señalado como absurdo el hecho de que ahí se especifique que los afluentes del complejo no afectarán el parque natural porque las corrientes corren únicamente de sur a norte.
De tal manera, han solicitado que la nueva aprobación de la Manifestación de Impacto Ambiental sea abierta a una consulta pública donde estén representados todos los sectores involucrados.
Gracias a los esfuerzos de la pequeña comunidad que habita esta población ubicada a unos 60 kilómetros al noreste de San José del Cabo, en Baja California Sur, el polígono de 7,111 hectáreas que incluye el arrecife más importante de América del Norte fue nombrado Parque Nacional en 1995, Patrimonio Natural de la Humanidad desde 2005 y sitio Ramsar en 2008.
Dicho palmarés no es gratuito. Este paraíso natural es una historia de éxito de la conservación.
A decir de biólogos marinos como Octavio Aburto: "Hoy es el sitio con mayor concentración de biomasa del Mar de Cortés. Es al menos cinco veces mayor al promedio de cualquier otro sitios del golfo".
Esto se debe, entre otras cosas, a que desde hace 15 años se prohibió la pesquería comercial. De tal manera que los 170 pobladores o "pulmeños" tuvieron que transformar radicalmente su actividad económica. De pescadores pasaron a ser prestadores de servicios, principalmente en el área de buceo, ecoturismo y pesca deportiva. Pero, sobre todo, guardianes del arrecife.
Gracias a lo anterior, el arrecife de Cabo Pulmo es hoy un paraíso biológico. A él llegan buzos de todo el mundo y se encuentran con un paisaje submarino que ha recuperado, según las investigaciones científicas de Aburto, sus niveles prístinos, y en el cual es posible observar a los grandes depredadores marinos.
A pesar de esto. El arrecife enfrenta hoy un nuevo desafío: La construcción de un gigantesco complejo turístico, conocido como Cabo Cortés, ubicado a escasos 100 kilómetros y colindante con el parque nacional.
Aunque la población de Cabo Pulmo dice no estar en contra del progreso, ha denunciado que la contaminación que generará esta nueva ciudad, que proyecta la empresa española Hansa Urbana y que considera 30,000 habitaciones, será la condena de muerte para el paraíso subacuático que con sus esfuerzos fue rescatado.
Al día de hoy, la Secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales suspendió la Manifestación de Impacto Ambiental que en un primer momento había aprobado.
Entre otras irregularidades, los científicos y pobladores han señalado como absurdo el hecho de que ahí se especifique que los afluentes del complejo no afectarán el parque natural porque las corrientes corren únicamente de sur a norte.
De tal manera, han solicitado que la nueva aprobación de la Manifestación de Impacto Ambiental sea abierta a una consulta pública donde estén representados todos los sectores involucrados.
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